Orwell, verdad y Tiranía
El 20 de mayo de 1937 se suscitaba una batalla entre fascistas, y marxistas. De repente, una bala cruza los aires a la par que uno de los soldados marxistas llegaba a una colina. La bala impacta en el blanco, y el soldado cae. Ese soldado era, Eric Arthur Blair, quién sobrevivió milagrosamente, en cuerpo; pero en espíritu habría renacido y dado vida a George Orwell.
Previo a esta experiencia Orwell, como cualquier otra persona, asumía que su bando era el bueno y el bando contrario el malo y viceversa, pero la realidad le golpeo como rayo.
La Guerra Civil española cambió a Orwell en todo sentido puesto que de esta habría salido desilusionado al percatarse de que no importaba el bando, todos estos, fuesen comunistas, fascistas o anarquistas, llevaban a lo mismo, al totalitarismo.
Orwell no llega a esta conclusión de manera arbitraria, si no que encuentra lo que él cree son los mecanismos usados por grupos o individuos, con la finalidad última de obtener poder o mantener el poder.
Así pues Orwell identifica un patrón y ese patrón es la búsqueda de ocultar la verdad.
Por tanto Orwell se percata, desde su experiencia propia luchando con los comunistas, que estos no eran en nada diferentes a los que él creía enemigos.
Estas ideas le causaron problemas con la izquierda, al punto que Stalin etiquetó a los soldados del regimiento, del que fue parte Orwell, y terminó asesinando a la mayoría de estos, así como también usando de ejemplo a Orwell para purgar a todas aquellas personas con ideas similares o afines.
Orwell despertó a una triste realidad, no importaba el bando, cualquiera de ellos podían ser sádicos y malévolos.
Pero más importante aún es que Orwell detectó la gran importancia de la verdad como un arma en contra de las tendencias totalitarias, y si bien, no es posible tener acceso a la verdad absoluta sí es totalmente posible tener acceso a las verdades naturales (como saber que si no respiras te mueres, que si o comes o bebes agua también, como que hay día y hay noche y esto es un ciclo, etcétera). Así que Orwell juzga la defensa de la verdad como pilar para prevenir que una sociedad de caiga en manos del totalitarismo. Pero de acuerdo a Orwell, para proteger la verdad, es necesario permitir la libertad de expresión, independientemente de si nos gusten o no las ideas que otros expresan.
Con esto Orwell nos da un marco de referencia que nos permite rápidamente detectar cuando hay una tendencia totalitaria puesto que al momento en que estas libertades comienzan a ser coartadas o censuradas es claro que ha comenzado el proceso para la toma de poder del cualesquier grupo independientemente que sea de derecha, de izquierda, o anarquista.